There is discord in the tonight {Priv. Daenerys Scodelario}

Como todos los días Sigurd  había comenzado su jornada junto con los primeros rayos del sol que se asomaban en el horizonte, era una costumbre beber un poco de agua antes de alzar el vuelo y comenzar a vigilar los alrededores de Aurum según él era necesario para la seguridad de la reina y sus habitantes por eso no escatimaba el tiempo que asignaba a mantenerse en el aire intentando cubrir la mayor distancia posible con su vista. El sol ya iluminaba gran parte de la ciudad y Sigurd se mantenía quieto en el aire con sus brazos cruzados manteniendo la vista en el horizonte sus pensamientos en ese momento solo estaban dirigidos en una cosa, quería conocer los lugares más alejados y peligrosos que existiesen en Ehlysea si había jurado proteger toda criatura de este continente era su obligación conocerlas a todas, saber lo que sienten y piensan y también como viven.

Al tiempo que continuaba con su vigilancia Sigurd debatía consigo mismo que lugar era el más interesante para explorar, intentaba buscar en sus recuerdos algún hecho que lo ayudase a definir el lugar exacto para visitar. Mientras blandía su lanza y se dirigía hacia el siguiente punto de vigilancia volteó su mirada hacia el lado más oscuro de Aurum que aún no había sido tocado por la luz del sol en ese momento todas sus ideas se transformaron en una sola y recordó las palabras de un espectro que conoció hace ya mucho tiempo atrás <<"...Ni las armas ni los conjuros te mantendrán a salvo ahí valeroso paladín, cuando la oscuridad lo rodea todo las garras aparecen...si aprecias tu vida mantente alejado de las ruinas de Tenebra...">>. Aquellas palabras fueron todo lo que necesitó para decidir hacia donde debía ir; el rumbo ya estaba fijado.

La vigilancia había terminado y Sigurd ya iba de camino hacia las ruinas de Tenebra; mientras más avanzaba y se alejaba de todo lo que conocía pudo notar como el ambiente iba cambiando poco a poco, las hermosas praderas verdes llenas de vida que adornaban los lugares cercanos a Aurum habían desaparecido por completo hacia donde mirara solo se veía poca vegetación, la vida animal era casi imperceptible y una densa capa de neblina se comenzaba a notar.-Esto es extraño- murmuro Sigurd mientras se elevaba aún más para poder ver a su alrededor. Lo que vio luego de un par de segundos intentando penetrar la espesa niebla le provoco un escalofrío que recorrió su cuerpo completo no por miedo sino por emoción en sus azules ojos se reflejaban las míticas ruinas de Tenebria, todo era silencio y un aura oscura rodeaba el lugar. - Esto se ve más desolado de lo que pensaba - poco a poco Sigurd comenzó a descender hasta que sus pies tocaron las ruinas, una suave brisa se podía percibir mientras que el paladín se preparaba para entrar y comenzar su expedición.

El eco de los pasos de Sigurd se podía percibir en todo el lugar, si algo habitase ahí a estas alturas ya se había dado cuenta del inesperado visitante.

El joven continuaba su camino, frente a el una muralla de roca solida comenzaba a hacerse notar, por culpa de la espesa niebla no fue hasta que estuvo a unos escasos pasos de ella que pudo darse cuanta de lo que contenía, cada roca que constituía la muralla estaba finamente grabada con extraños signos y criaturas que parecían indicar señales de estar sufriendo y siendo torturadas, con su mano izquierda toco la superficie de una de ellas y su sorpresa fue inmensa, la superficie de la roca no estaba grietada ni era  áspera sino lisa y suave como si se tratase de la piel de un recién nacido.

Así continuó caminando siempre junto a la muralla, la humedad y el polvo acumulado por los años creaban una leve capa de barro en el suelo, gracias a eso y luego de haber caminado bastante hizo que Sigurd se diera  cuenta de que había estado caminando en círculos al ver sus pisadas grabadas en el suelo. Rápidamente alzo el vuelo para intentar ver mejor que era en realidad aquella muralla aunque costaba visualizar los alrededores la imponente estructura era fácilmente visible desde el aire; un gran perímetro amurallado era lo que podía observar Sigurd que sin duda era la estructura mejor conservada de todo lo que había visto hasta el momento y cómo había imaginado cada piedra estaba tallada con las mismas imágenes y garabatos que el alado explorador no podía comprender. Su sorpresa fue aún mas grande cuando del otro lado de la muralla pudo observar lo que parecía ser un camino hacia lo profundo de la tierra iluminado por lo que Sigurd imaginaba eran antorchas.

A cada momento que se mantenía ahí el joven no hacía mas que emocionarse y pensar hacia donde llevaba ese sendero pero toda concentración se perdió cuando una suave brisa llevó hasta el un aroma de una raza habitante de Ehlysea que ya conocía, al parecer no era el único que estaba visitando las ruinas de Tenebra en aquella ocasión. -Esto es interesante- pensó mientras volaba hacia el lugar de donde el aroma provenía, era un poco mas al norte de donde se situaba la gran muralla y no tardo mucho en llegar allí; descendió rápidamente y sus pies tocaron suelo comenzando a crear el eco  que se dispersaba por todo el lugar. A cada paso que daba podía ver mejor lo que había comenzado siendo solo una silueta gris a lo lejos, ahora una cabellera blanca como sus alas y unos ojos color turquesa se podían apreciar claramente.

Sigurd dejo de caminar, se detuvo a una distancia prudente y esta vez el eco era producido por las palabras que había dicho aquella Híbrida que tenia enfrente las cuales lo impresionaron. -Hola- respondió con voz grave mientras batía sus alas fuertemente para dispersar la neblina que los rodeaba -Si, me interesan un poco pero esa no es la razón por la que estoy aquí- su lanza como siempre rodeada de fuego en la punta servía como luz la cual apunto hacia quien tenía delante para poder apreciar mejor. - ¿Y tú híbrida?- sus ojos azules se clavaron en el rostro de la joven -¿Que te trae a este temible lugar?-

Escucho su saludo romper por segunda vez aquel completo silencio el cual ella había hecho desaparecer con anterioridad, lo que fue seguido una fuerte briza despeinándola cuando este ser alado utilizo sus alas para dispersar aquella espesa neblina, lo que no le agrado mucho a la joven albina ya que esta le daba cierta seguridad el permanecer entre las sombras, el hecho de no ser visible para sus “contrincantes” era la protección perfecta para ella.

Elevo una mano para arreglar torpemente su cabello dejando exactamente igual y quizás un poco más despeinado, elevando el pelo alrededor del casco que simulaban orejas de gato que en verdad no tenia, esto mientras sus ojos se acostumbraban a la luz emitida por aquella arma prendida en fuego que se blandía frente a ella, dejo caer su brazo permitiendo bajar por su manga una daga hasta la palma de su mano empuñándola ágilmente y elevando nuevamente el brazo mostrando el filo brillante del arma que acercaba a la lanza de su acompañante. – Esto es un poco peligroso. – Dijo mientras usaba la daga para mover unos centímetros aquella lanza cubierta en fuego y esta no la apuntara. – No deberías andar apuntando a la gente con esta cosa, las puedes asustar. – Hablo animada pero al mismo tiempo con un volumen controlado para que su voz no fuera devuelta en forma de eco.

Entonces pudo escuchar la pregunta de aquella persona. – Yo ¿Por qué estoy aquí? – Se preguntó a sí misma, mirando un poco asía arriba mientras usaba la daga para sostenerse el mentón, como si fuera cualquiera de sus dedos afirmándolo, y se cruzaba la mano por el pecho. Claro que tenía una razón para estar allí pero no era algo que fuera a ir divulgando o al menos no instantáneamente. – Pues creo que solo buscaba algún lugar entretenido. – Lo cual no era completamente una mentira. Extendió su mano haciendo el gesto de lanzar la daga directo al rostro de la persona  pero sin soltarla de entre sus dedos. – Y este lugar parecía muy interesante. – Hablo con energía y delicadeza mientras daba un ágil giro sobre su pie derecho elevando los brazos y guardando su pequeña arma bajo su manga ocultándose completamente entre su existencia bajo sus ropajes, se detuvo dando un paso hacia atrás he inclinándose un poco hacia adelante con un gesto no tan alegre como antes. – Por cierto, mi nombre no es hibrida – Hizo un pequeño gesto de puchero inflando sus mejillas.