→ A meeting predicted // { Symph }

Lunes, el peor día para viajar a Aurum, le había tomado un día llegar hasta el reino de la luz, y el reciente tramo a vuelo había logrado agotar a Symph, aunque nuevamente su rostro parecía no reflejar en absoluto el cansancio, al contrario, jugueteaba con un mechón de su corta cabellera azabache mientras esquivaba personas por una de las calles principales repletas de vendedores ambulantes y puestos de comida, muy alejado a lo que ella buscaba, mejor dicho, que le habían encomendado buscar, “la mejor plata de Aurum” eso había repetido numerosas veces su superior mientras insistía que no había nadie más disponible, también recordaría como señaló la falta de tiempo libre en Symph aunque ella consideraba como tiempo libre a todos esos pequeños paseos nocturnos que solía darse para despejar la mente. Era cierto que desde que se había unido a la Guardia Real no había tomado ni un suspiro y se había mantenido lo más ocupada posible.

¿Dónde debería buscar primero? Realmente era la primera vez que viajaba allí y no tenía ni la más pálida idea de cómo estaban distribuidos los negocios, creía estar en la calle principal, el centro de Aurum, pero lo único que podía ver eran manteleros con joyería, continuó unos pasos más y dobló por la esquina de la concurrida calle e inevitablemente chocó con alguien, un hombre corpulento que le superaba en altura como una cabeza y media y aunque ella no dio mayor importancia el hombre comenzó a vociferar detrás suyo, tomándole del mismo hombro que había chocado hace segundos, provocando que la morena dedicara toda su atención a quien se estaba volviendo una molestia -¡¿Acaso le parece?!-gritoneó nuevamente, ahora podía observar que el hombre seguramente llevaba la caja que en ese momento se encontraba en el suelo. Como fuera, estaba montando una escena y no había situación peor que encontrarse en un lugar desconocido y toparse con un pueblerino sensible, peor aún, teniendo la armadura puesta pudiendo ver todo el mundo que el problema era con la guardia real de Smaraudus.

Symph permaneció impasible a pesar del tamaño del hombre, frunció el ceño antes de afirmar con toda naturalidad –Podrías ser más cuidadoso-. Las personas poco a poco formaban una suerte de ronda alrededor del tipo corpulento y la morena que dedicó una breve mirada al costado antes de volver su mirada directo a los ojos del pueblerino, esperaba ser lo suficientemente clara, no quería ningún tipo de problema.

La situación iba de mal en peor, aquél hombre no tenía intenciones de marcharse o simplemente de levantar la caja que se le había caído, por lo que Symph en un voto de paz se acercó a tomar la caja ahora algo golpeada entregándola con toda la delicadeza posible mientras volvía a dedicarle una mirada seria al hombre, tanta era la tensión que no pudo advertir una tercera presencia que se acercaba directamente a ella, una joven un tanto más alta que ella de cabellos albinos, seguramente antropomorpho, la morena pasó una mano libre,por la suave pluma que asomaba desde su cabeza, ya era suficiente con la discusión, y ahora tenía enfrente a alguien que decía haberla visto en sueños, es curioso, por que generalmente ella siempre había sido espectadora y ahora se encontraba en esta situación sumamente incómoda.
Tanto el pueblerino como la desconocida discutían, tal vez sería el momento para escabullirse entre la multitud y dejar el tema de lado, pero su armadura se lo impedía, no quería crearse una mala reputación en Aurum y en sumatoria a ello, el pueblerino se estaba excediendo con la muchacha que la tomaba con total naturalidad desde el cuello aunque ella lo ignoró completamente mientras volvía a disculparse ahora con un leve gesto agachando la cabeza - me parece que se está equivocando de persona - musitó mirando de reojo a la albina.
La multitud comenzó a dispersarse, pues era claro que no habría peleas y el pueblerino parecía haberse dado por satisfecho luego de recuperar su caja, las disculpas e intentar fastidiar a la antropomorpho.
- Será mejor que nos marchemos - afirmaría mientras se daba la vuelta, aunque la nueva presencia también era una molestia, seguramente conocía el reino de la luz y podría ser de ayuda para encontrar la plata que estaba buscando, Symph creía que no podía persistir tanto su idea loca de los sueños, es imposible soñar con alguien que no conoces, aunque la albina parecía muy convencida, por ahora se dirigían a una calle paralela para distanciarse de aquellas personas que habían presenciado la escena, juraría que las personas continuaban con la vista clavada en ambas, por lo que se vería obligada a caminar unas dos cuadras más y si por casualidad perdía a su acompañante mataría dos pájaros de un tiro, aunque perdería su guía...
- ¿En qué puedo ayudarte? - consultaría súbitamente volviéndose hacia ella, llevándose nuevamente la mano inquieta a la pluma de su cabeza - Estoy de servicio, no tengo tiempo para juegos. Pero si me pudieras ayudar con algo... - hablaba algo indecisa, no estaba segura si conseguiría ayuda o si realmente quería involucrarse más, seguramente lo más sensato habría sido marcharse en cuanto pudo. Debía admitir que tenía cierta curiosidad por el sueño en sí, su mente le repetía que debía marcharse a pesar de que realmente la molestia se estaba convirtiendo en curiosidad a medida que pasaba el tiempo o tal vez simplemente era la loca idea de tener una tarde diferente ahora que estaba fuera de casa y nadie le estaba viendo.

Symph arqueó una ceja por el comentario de la muchacha. ¿Seguirla le bastaba? No tenía sentido, en ese momento no se encontraba haciendo algo realmente importante, pero en otras circunstancias podría haberse convertido en una verdadera molestia. Siendo que se encontraba completamente perdida en aquella ciudad decidió proceder.
- Mmm... Busco plata. Necesito que la entreguen a Smaraudus - comentó mientras observaba los celestinos ojos de la desconocida, ignoraba completamente que había mencionado que su trabajo no era "entretenido" aunque si soltaría un pequeño bufido - Si puedes ayudarme a encontrar la plata, estoy dispuesta a pasar el día contigo, ni más, ni menos - condicionaría mientras ocultaba sus alas, las cuales se desvanecieron en un abrir y cerrar de ojos mientras la morena daba un paso hacia su acompañante dispuesta a seguirla, completamente segura de que sabría donde ir.
- Por cierto... Mi nombre es Symph - se presentó pacíficamente, la situación sería diferente si se encontraran en Smaraudus, seguramente si quisiera algo de la albina la habría forzado de ser necesario, pero esta era otra historia, sin contar que seguía queriendo averiguar que clase de sueño había tenido, por lo que se balanceó por un segundo e intentó dibujar la sonrisa lo más creíble posible que demostrara cuando predispuesta estaba a ayudar.

Spoiler:

Fue un poco decepcionante escuchar que aquella desconocida no tenia idea de donde encontrar plata, seguramente se había equivocado y ella tendría menos idea que la propia Symph que jugueteaba impaciente con un mechón de pelo intentando pensar dónde podría estar el metal que le habían encomendado. Para su suerte, la albina tenía algo pensado, su brusco movimiento la descolocó, aunque tenía toda la razón. Era una forma efectiva para ver la ciudad, la altura ayudaría mucho.
-Bien pensado-comentó en el momento que estuvo frente a frente a su acompañante, creería haber dibujado una pequeña sonrisa en sus labios, pero lo cierto es que su rostro permaneció completamente sereno, desvió la mirada mientras daba unos pasos para poder observar que negocios se ubicaban en la calle, pudiendo observar ambas como nuevamente las personas se agrupaban y comentaban en voz inaudible acerca de las desconocidas. ¿Acaso en Aurum no había gente con aquellas capacidades? No podía ser tan extraño encontrar a dos personas en un tejado, al contrario del comentario de la albina, a Symph le resultaba una ciudad aburrida, en Smaraudus era muy común presenciar acciones como esa o hasta eventos sobrenaturales a plena luz del día. A decir verdad, la gente parecía bastante burda teniendo en cuenta el mundo en el que vivían - Bien, bien. Te haré caso - respondía mientras daba un leve suspiro por la situación, pasar desapercibida podía ser la mejor de las ideas, por lo que su armadura se deshizo suavemente en plumas negras para dar lugar a un simple vestido tan negro como sus cabellos, las plumas cayeron dejando un circulo al rededor del cuervo que observó con cierta timidez la pequeña presentación de Rys quien se adelantaba a continuar con la búsqueda.
Había varios puestos de comida, desde lo alto se podían observar las frutas brillantes de colores vivos. Fue justo cuando Rys se detuvo de repente que la joven cuervo creyó haber visto algo, un reflejo que le había molestado a la vista sin lugar a dudas de un metal. Bajó de un salto, observando el paisaje, el día era agradable, no había una sola nube en el cielo y desde aquél tejado podía volver la vista hacia abajo topandose nuevamente con aquél reflejo - Creo que lo encontré - comentó aliviada mientras desplegaba sus alas negras y saltaba por aquél tejado, llamando la atención nuevamente, aunque esto no le importaba sus pasos iban directo al negocio que tanto había buscado, una tienda que tenía chapas de plata y hasta flores de la misma, no solo plata, oro y bronce también, en menor cantidad alpaca.
Luego de hacer los arreglos, y pagar, Symph estaba lista. Había mandado más de 50KG en chapa hacia Smaraudus, unas cuantas monedas más asegurarían que el envío fuese con la mayor urgencia posible lo que le había dejado con una sonrisa en el rostro.
- Dime lo que necesitas -comentó en cuanto tuvo cerca a la albina, era raro el buen humor con el que contaba, el problema que parecía que iba a tomar toda a tarde, pudo liquidarse en horas, lo único que restaba era saciar su curiosidad.